
“Noviembre, bendito mes, que empieza con todos los Santos y termina con San Andrés”

Preservar y transmitir nuestro legado cultural, que es la herencia recibida de los antepasados, que viene a ser el testimonio de su existencia, de su visión del mundo, de sus formas de vida y de su manera de ser. Es también el legado que se deja a las generaciones futuras, por eso, las personas que contribuimos de alguna forma, a preservar y transmitir nuestras tradiciones, debemos manifestarlas para que se proyecten generacionalmente, ya que configuran el sentimiento de identidad de un pueblo.
En Gran Canaria aun sobrevive la tradición de celebrar la fiesta de los “Finados”, conmemorar a los difuntos es una celebración religiosa, que se profesa con gran respeto. Ya en el siglo XVIII, instauradas las principales parroquias y anteriormente en ermitas, aparecen en sus cuentas de fábrica, las Cofradías y sus Ranchos de Ánimas, aunque organizados independientemente, se crearon para orar y celebrar misas por las ánimas, con la convicción de que así se ayudaba a las almas que estaban en el paso intermedio purgatorio a ascender al cielo. La celebración se hacía la tarde noche, del uno al dos de noviembre, pero en la actualidad se hace la noche del treinta y uno de octubre, víspera de Todos los Santos.
Los chiquillos salían con una talega a pedir “los santos”, tocaban a la puerta y preguntaban ¿hay santo?, si desde la casa se les respondía si, les daban almendras, nueces, huevos o castañas, y volvían a sus casas muy contentos, para compartir lo obtenido con la familia, que se reunía por la tarde para recordar a sus difuntos; esta comida familiar era como una especie de merienda, en la que se comían nueces, castañas, almendras e higos pasados, en algunas casas también se hacían torrijas y se acompañaba de vino dulce o anís.
En la actualidad la celebración de los Finados se celebra en diversos municipios de Gran Canaria, muchas son también las familias que mantienen la tradición de reunirse en sus casas para celebrar esta fiesta. Así mismo, diferentes asociaciones, como la Asociación histórico Vegueta-Triana en Las Palmas de Gran Canaria, la Asociación Amigos de Tenteniguada, que este año rindió homenaje a título póstumo, a don Damián Corujo Jiménez, por su encomiable labor realizada a favor de la cultura y de la recuperación de las tradiciones, y se nombró Hijo Adoptivo a don Fermín Altuna Aguirresarobe, acto que tuvo que ser suspendido el día 8 de febrero, pues era Damián quien nos hacía viajar en el tiempo trazando la biografía de su querido amigo Fermín, cuando ese viajar en el tiempo se detuvo y la consternación embargó a todos los presentes, siendo esta noche tan señalada cuando se homenajea a dos personas que a lo largo de sus vidas han dejado huella entre sus convecinos, marcando el devenir de su comunidad, o como la Asociación de Patrimonio Cultural de Valsequillo de Gran Canaria, que este año no hizo la celebración en su sede, pues se unió al acto homenaje celebrado en Tenteniguada.

Éstas, entre otras asociaciones contribuyen a que esta tradición perdure, conmemorando cada año esta festividad, transmitiéndola a las nuevas generaciones para que, indistintamente de vivir en una sociedad multicultural, preservemos nuestras señas de identidad.