
“El patrón de Valsequillo de Gran Canaria, una escultura de Luján Pérez”
Las Fiestas Patronales en honor a San Miguel Arcángel, se comienzan a celebrar, según consta en las cuentas de fábrica de la primitiva ermita, desde el año 1672 cada 29 de septiembre. Dicha ermita fue mandada construir en el año 1670 por el Canónigo de la Catedral, Licenciado don Mateo Tello de Casares, al que ayudaron los vecinos, el cual mandó a qué, en dicha ermita se colocara un San Miguel de bulto, que se puso el día 15 de septiembre de 1672, una vez concluidas las obras y bendecido el templo. Esta talla que pertenece a la mitad del siglo XVII, realizada en madera policromada de unos veinte centímetros, de autor desconocido, siendo conocida como “San Miguel el Chico”, y que aún se conserva, fue la imagen venerada hasta que en el año 1804, se coloca la escultura de San Miguel Arcángel, del escultor José Luján Pérez, que fue realizada por encargo del Presbítero don Antonio Macías Gutiérrez, natural de Valsequillo.
Es una escultura de 132 cm. de bulto redondo, realizada en madera de castaño policromada, la madera era de la zona y fue proporcionada por el propio Presbítero; también utilizó el escultor, telas encoladas en el traje y en la capa, para lograr el efecto barroco del movimiento enérgico de la figura en el momento de la batalla.
San Miguel representa un joven adolescente vestido como un soldado romano, capa roja de vuelo alto, falda amplia y corta, botas de cuero, y empuña su espada contra el demonio que tiene a sus pies sobre el cual se apoya. Al parecer el escultor se inspiró en la primitiva imagen del “San Miguel el Chico”, pues se pueden apreciar ciertas similitudes.
El Arcángel Miguel, guerrero de las milicias celestiales, en hebreo “mija-El” ¿Quién como Dios?. Hubo una batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles peleaban con el Dragón, y peleó el dragón y sus ángeles, y no pudieron triunfar ni fue hallado su lugar en el cielo. Fue arrojado el dragón grande, la antigua serpiente, llamada Diablo y Satanás, que extravía a toda la redondez de la tierra, y fue precipitado en la tierra, y sus ángeles fueron con él precipitados”. Por eso, regocijaos, cielos y todos los que moráis en ellos. ¡Ay de la tierra y de la mar!, porque descendió el diablo a vosotras animado de gran furor, por cuanto sabe que le queda poco tiempo. (Apocalipsis 12,7-9) (Apocalipsis 12,7-12).
La imagen ha sido restaurada en tres ocasiones, la primera en el año 1896, debido al deterioro originado a causa de las goteras, el párroco don Joaquín Romero, confía su restauración a Macario Bautista (Macarito), realizando su trabajo, en la casa en la que vivió el que fuera Cronista Oficial don Jacinto Suárez Martel; la talla fue repintada, hasta que José Paz Vélez la restaura en el año 1969 y le devuelve todo su esplendor; la tercera y última restauración se realizó en el verano de 2006, a cargo de la Dirección General de Cooperación y Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias. Remontándonos unos años atrás, recordar que las Fiestas, no podían comenzar sin ser anunciadas por el entrañable “Pepe Cañadulce”, que recorría las calles del pueblo, al redoble de tambor y seguido de una “jurria” de chiquillos, se elegía a la Reina de las Fiestas, también en categoría infantil así como sus damas de Honor, y el día de San Miguel se celebraba la solemne Función religiosa, la Procesión, la Feria de Ganado, y luego se daba un Vino de Honor en el Salón de Plenos del Ayuntamiento. Con el paso de los años a las Fiestas y Feria en honor a nuestro Patrón, se le han ido suprimiendo e incorporando diferentes actos lúdicos, culturales y religiosos, pero siempre realizados con la mayor ilusión.