La consejera de Industria, Comercio y Artesanía del Cabildo de Gran Canaria visitaba, junto al alcalde del municipio, Francisco Atta, y la concejala de Comercio del municipio, Natalia Ramírez, la primera terraza piloto instalada, en diciembre del pasado año, a modo de prueba en la zona comercial abierta. “Llevamos trabajando hace algunos años para mejorar todos los entornos que existen en Valsequillo relacionados con las empresas”, destacaban los responsables institucionales.
El concejal no adscrito, José Blas Ruano, manifiesta que “supuestamente se hizo un trabajo en común, pero a punto de cumplir un año no hay rastro de las nuevas terrazas. Un despropósito más que pone en evidencia la mala planificación”, Además, añade que “casi todas las iniciativas se quedan a medias o se tienen que modificar”, concluye. La realidad en estos momentos es bastante confusa. Tras recibir esta información, el periódico de Valsequillo se ha puesto en contacto con el ayuntamiento para conocer si el proyecto requiere una modificación, pero no han querido pronunciarse sobre este asunto.
La falta de coherencia, por parte de la corporación municipal, ya no es una novedad. Tras la foto de rigor anunciando la iniciativa, y expresar su deseo de mejorar el entorno de las empresas, recogieron las flores de pascuas, generando un cenicero de primer nivel. Meses más tarde, presumen de una consulta popular sobre la normativa de las terrazas, en la web municipal. Está claro que la voluntad política con los empresarios, y usuarios en general, debe ser mucho más que instalar un voluminoso tótem indicando una “Zona Comercial Abierta”, que, de momento, continuará sin rastro de las terrazas.
¿Y si se hubiese lanzado la consulta antes de planificar y presentar la terraza piloto?, o ¿Y si se hubiese adaptado la propuesta a cada negocio en base a sus necesidades de aforo, capacidad para afrontar el coste y singularidad de cada espacio?, son algunas de las preguntas que ha recibido este medio.
